Descubren planeta habitable como la Tierra, orbitando la Próxima Centauri

Washington. (La Jornada). Después de buscar en las profundidades del cosmos planetas parecidos a la Tierra donde pueda existir agua, astrónomos han descubierto un cuerpo celeste con esas características en la galaxia vecina, informaron científicos el miércoles.

Un planeta que es rocoso como la Tierra y solo un poco más grande ha sido descubierto orbitando Próxima Centauri, la estrella más cercana a nuestro sistema solar, señalaron. Cumple con las condiciones de no ser demasiado caliente ni extremadamente frío, así que posiblemente albergue agua si es que tiene atmósfera. Sólo está a 4.22 años luz de la Tierra.

Fácilmente es el planeta habitable más cercano que se ha detectado fuera de nuestro sistema solar y uno al que podrían llegar sondas espaciales no tripuladas antes del fin de este siglo, es decir, a tiempo para que personas vivas en la actualidad lo puedan ver.

El hallazgo del intensamente buscado exoplaneta, bautizado Próxima b, fue confirmado por astrónomos del Observatorio La Silla, del Observatorio Europeo del Sur (ESO, por sus siglas en inglés), en el norte de Chile, y vigilado por otros telescopios del mundo.

Se han encontrado muchos exoplanetas y van a descubrirse aún muchos más, pero buscar el potencial análogo de la Tierra más cercano y conseguirlo ha sido la experiencia de toda una vida, afirmó Guillem Anglada-Escudé, a cargo del equipo de astrónomos que logró el hallazgo. El siguiente paso es la búsqueda de vida en Próxima b, agregó.

El nuevo exoplaneta y la estrella fría que orbita se ubican en la constelación de Centauro. La imagen de ambos es demasiado débil para ser detectada a simple vista y los cuerpos están cerca de un par de estrellas, mucho más brillantes, conocidas como Alfa Centauri AB.

Aunque Próxima b gira mucho más cerca de su estrella que Mercurio del Sol, es mucho más débil y posee una temperatura estimada que permitiría la presencia de agua líquida en su superficie.
Pese a estas condiciones favorables, se estima que la superficie rocosa de Próxima b puede verse muy afectada por las llamaradas de rayos X y de radiación ultravioleta procedentes de la estrella, mucho más intensas que las del Sol respecto de la Tierra.

El principio de más observaciones

Con todo, ESO destacó que este descubrimiento será el comienzo de más observaciones, con instrumentos actuales y con la próxima generación de telescopios gigantes, como el E-ELT (European Extremely Large Telescope), que se emplazará en el norte de Chile, zona que ofrece condiciones climatológicas únicas para la astronomía.

El equipo internacional de científicos que anunció el descubrimiento no vio el planeta, pero dedujo su existencia indirectamente, usando telescopios para ver y calcular con precisión la fuerza gravitacional de un posible cuerpo orbitando sobre la estrella, método comprobado para buscar esos cuerpos.

Nos sacamos la lotería con esto, afirmó Guillem Anglada-Escude, astrofísico de la Universidad Queen Mary de Londres y autor principal del estudio, publicado por la revista especializada Nature.

A sólo una veinteava parte de la distancia entre la Tierra y el sol, creando un increíble cielo naranja, sin color celeste, Próxima b parecería tener un ocaso perpetuo. Y si eso no es muy diferente, el planeta orbita su estrella tan rápidamente que un año termina en unos 11 días.

El planeta no rota, así que un lado siempre está mirando a su estrella y el otro lado siempre está oscuro y frío. Está bombardeado de rayos X y luces ultravioletas, pero eso no necesariamente sería fatal para que haya vida, debido a que puede haber vida bajo tierra, agregaron científicos.

En los pasados 20 años, científicos han encontrado más de 3 mil planetas fuera de nuestro sistema solar, o exploplanetas. Y más de 40 parecen estar en la zona habitable, buena para la existencia de vida.

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