La falsa utilidad de la alternancia

La narcopolítica en Veracruz también manda un mensaje claro con los asesinatos de Ricardo Mounli y el ataque a Armando Arrieta que buscó asesinarlo
- en Opinión

Uno de los conceptos más sobrevaluados y, por tanto, erróneos en el poco reflexivo lenguaje de la política nacional, en cuyo discurso se incorporan palabras lejanas de su verdadero significado o su real trascendencia, es ‘alternancia’.

Alternar el poder entre dos o más partidos políticos no es garantía de nada, excepto de satisfacción para las ambiciones de cada una de esas fuerzas. La realidad sigue siendo la misma y la gobernanza no se debe a la militancia sino a la capacidad de administrar, gobernar, hacer justicia y desarrollar la economía. La Ciudad de México es un ejemplo.

Una rápida lección de política (o de la forma como el ciudadano simple percibe la política) me la ofreció un viejo bolero de la avenida Juárez cuando se perfilaba el triunfo electoral del Partido de la Revolución Democrática en el entonces Distrito Federal.

—Está bien, joven, ya es justo que roben otros.

Por eso el discurso insistente de todos los aspirantes a desplazar a un partido en el poder es siempre el mismo: cambiar. Lo mismo sucede en los países desarrollados. En Francia, en Estados Unidos, en Alemania; donde sea, la promesa eterna es el cambio. Y la transformación real jamás se produce.

Nadie puede creer, por ejemplo, en el cambio del espíritu americano a raíz del arribo al poder de Donald Trump. Han cambiado las formas, la diplomacia ha sido sustituida por una grosera actitud en la cual las formas educadas estorban, pero el discurso supremacista es inédito en toda la historia americana. Los Estados Unidos no se convirtieron en la policía del mundo a raíz del triunfo de este majadero y fraudulento agente inmobiliario con talento de “reality show”.

Así pues, en los estados de la República mexicana, cuyos habitantes fueron deslumbrados por el espejismo vanidoso de candidatos capaces de ofrecerlo todo, estamos viendo la misma realidad de antes de su llegada: dos ejemplos son Veracruz y Campeche, donde gobernaron los Duartes. Javier (prófugo) y César (extraviado).

En Veracruz la violencia sigue como una circunstancia permanente. Y en Chihuahua las cosas no son diferentes.

Obviamente estos incipientes gobiernos no pueden corregir lo desviado durante tantos años, pero la realidad tiene su propia lógica y contra ella no pueden ni las buenas intenciones ni las insistentes declaraciones.

Esta noticia de hace unos días es muy semejante a aquella con la cual Xavier Duarte explicó, casi al inicio de su gobierno, la mortandad y el tiradero de cadáveres en Boca del Río. La realidad se calca a sí misma:

“El gobernador de Veracruz (EoL), Miguel Ángel Yunes Linares, aseguró que la disputa entre cárteles ha desatado nuevamente la violencia, que se ha recrudecido.

“Durante el arranque de los trabajos de la Gendarmería en la capital del estado, el mandatario estatal se refirió a los 11 cuerpos encontrados en la colonia Tampiquera, de Boca del Río, como un ‘acto de barbarie’, pues las víctimas fueron torturadas.

“Se ha logrado la identificación de dos personas, y están en proceso de identificar a varios más que no portaban identificación; sin embargo, por características físicas, por tatuajes, están en proceso de ser identificados, están analizando si tienen antecedentes penales y en su momento y dentro de las normas que la ley permite, se dará a conocer la información”, dijo el mandatario.

Y por cuanto hace a Chihuahua, donde la inseguridad regresó con más ímpetu, suficiente para saltarse la débil muralla de las palabras de Javier Corral, una periodista, Miroslava Breach —la segunda muerta en cuatro meses—, corresponsal de la revista Proceso (como lo fue Regina Martínez en el Veracruz de Xavier Duarte, aun cuando su caso ya fue aclarado como un crimen común) fue asesinada.

La alternancia no puede contra la inercia: Los hechos son tercos y persistentes. Nada se cambia desde el discurso político y el lastre social acumulado a lo largo de los años siempre pesa más.

—¿Cuál es entones la utilidad de la alternancia?

Más allá de los dichos del bolero sabio y cínico, la satisfacción del interés de los partidos, el cual muy pocas veces empata con el interés de los ciudadanos.

—Quítate tú, para ponerme yo.

Morena

Delfina se llamaba la mujer cuya atención ocupó los últimos días de vida de mi abuela. Había llegado al servicio doméstico y se convirtió después en un miembro más de la familia. En otra ocasión supe de un Delfino quien, extrañamente avergonzado, se cambió el nombre.

Hoy Delfina Gómez es la candidata de Morena al gobierno mexiquense. No peleará contra dos candidatos sino contra uno con dos cabezas, pues Del Mazo y Josefina son como una hidra. Al menos eso dice Andrés Manuel.

PRD

—¿Hay alguna utilidad en el regreso de Alejandra Barrales a su escaño en el Senado?

Si puede con los encargos, cómo entonces disfrutaba de licencia. El derrumbe total.

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